Postura, tiempo y caminata
A veces me he preguntado, como espectador, desde el costado más oscuro y solitario de la pista de baile: Si despojáramos al tango de todo artilugio, de todo movimiento espasmódico, de todo adorno...Qué características serían las suficientes (en la danza, me refiero), para decir que se está bailando tango. Entonces, volvía a resonar una y otra ves aquella conversación sentenciosa que tuvo el “Pocho” Dasilva, un milonguero que venía del sur, con el “Tigre” Morente, por aquellos años, mi maestro: “Yo creo que lo fundamental es la postura, el tiempo musical y aprender a caminar..., che”.
El Pocho venía de la zona de Piñeiro o Villa Domínico, si mal no recuerdo. Mi maestro, del oeste: Ciudadela, para ser más preciso. Aquella noche, nos habíamos encontrado en lo que era para nosotros, el norte: Villa Urquiza ¡Sí, señor! Exactamente, alrededor de una de las mesas del club “Sin rumbo”, donde el yankee Robert Dubal se olvida de sus caballos y de perseguir pieles rojas, para amilongarse, hablar en criollo y despojarnos de una de nuestras mujeres...
Fue en aquella pista, de Tamborini al seis mil y pico, donde confirmé también aquella modesta pero profunda trinidad, que el Pocho dejó caer, alumbrado por un whisky dudosamente escocés: Postura, tiempo, caminata... (*)
Por esto y otras intimidades, es que estaré a cargo de una clase el próximo domingo. Me presentaré en nombre de mis maestros más anónimos, animales supervivientes de esquinas tenebrosas y silenciosas osadías; hoscos y sinceros personajes crecidos al margen del Jet Set tanguero, y de curriculums ruidosos; hurgando en esa masa viscosa de distancias, desencuentros y modestos logros, que es el tango; instalado en la experiencia poética que es para mi, bailarlo; digo..., en nombre de Ellos, intentaré el domingo 11 de diciembre, acercarme a esa sencilla y valiosa enseñanza.
Técnicamente hablando, será una clase de iniciación para algunos y para otros, de corrección sobre lo que considero lo más elemental a la hora de bailar; pero no por eso necesariamente dominado; ignorancia muchas veces ocultada por una batería de pasos supuestamente “divertidos”o “vistosos”.
Por qué la caminata:
La caminata en el tango, es un elemento vital; el alfa y omega de la que tanto comentan los forjadores del tango histórico.
Es allí, donde se observa el grado de comunión de la pareja: la descarga del peso al unísono, la apertura de registro ante la intención del compañero, la escucha de la música, la implicancia sensitiva del que baila y la cadencia… Se ve allí, más que en otro momento, la estética de cada estilo y de cada bailarín, dos cuerpos en dinámica deslizando sus propias intenciones, para intentar ser uno solo. Y por qué no…A veces, se puede ver la historia de un pueblo.
Cuanto menos, deberíamos aprender a valorarla.
Objetivos:
- Reconocer los elementos mínimos y necesarios que le dan carácter al tango como danza.- Adoptar los movimientos simples y precisos como entrenamiento personal.
- Apreciar la necesidad de “resistencia dinámica”, para lograr una danza compacta, en la pareja.
- Valorar la “caminata” o “caminada” como rasgo fundamental y necesario del tango bailado en la pista.
_ Adquirir conocimiento de las aptitudes y dificultades propias, sobre lo referido en clase.
Contenidos:
- Eje corporal propio.- Eje de la pareja.
- Impulso y resistencia corporal.
- Disociación corporal
- Abrazo.
- Musicalidad.
Traer calzado que deslice. En el caso de las damas, algo de tacón.
Camino Surel: 647 88 98 92 -
Email: defensoresdelabrazo@gmail.comhttp://clubdefensoresdelabrazo.blogspot.com
(*)Extractado del relato “Trinidad” (de C. S.) del “CLUB SOCIAL Y DEPORTIVO DEFENSORES DEL ABRAZO”.
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